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Los niños de ahora prefieren ser Youtubers

07 diciembre 2018

Los niños de ahora prefieren ser Youtubers

La evolución nos exige adaptación y cambio, de la misma forma sucede con la tecnología y las tendencia, siempre están en constante transformación. De esta forma nacen alternativas de entretenimiento y plataformas para el libre acceso a contenidos que los mismos usuarios crean.

¿La profesión del momento?

Hace unos años cuando alguien decía que se dedicaba a ser “Youtuber”, automáticamente generaba sorpresa y duda de parte de quien lo escuchase. En aquel entonces no había tanta apertura o conocimiento sobre cómo funcionaba dicha labor. Algunos casos de inmediato eran tachados de flojos o vividores de la plataforma, todo por no tener una idea concreta de lo que significa trabajar como un creador de contenidos.

En la actualidad, el hecho de ser Youtuber ya es una concepción aceptada y deseada por muchos, por lo menos si notamos las ganancias que generan estas personalidades o “Influencers”. Esto ha llevado a que todo mundo busque caminar de la mano con las tendencias para estar al tanto de lo que pasa, con la finalidad de no sentirse excluidos del círculo social, o por lo menos de las redes sociales. Esto ha generado cambios en la manera como compartimos opiniones y experiencias de vida.

Una desmedida necesidad de pertenencia y aceptación digital

Hoy en día, existe una sensación de que todo debe ser encapsulado en una pantalla, cumplir ciertas características como el hecho de ser visible, espontáneo, fugaz y a la vez llamativo, esperando que alguna ocurrencia o suceso se vuelva viral para dar el brinco a la fama. La finalidad es clara: ganarse un lugar en el olimpo digital de los influencers. Este nuevo horizonte laboral ha generado la concepción de nuevas profesiones dentro del mismo rubro, los cuales van desde el ya conocido video bloguero (Vlogger), pasando por los gamers, medios alternativos de opinión o debate, expertos en cocina o belleza, series web, ilustradores digitales, viajeros e inclusive personas que se dedican a develar lo que contiene un productor (Unboxing), por mencionar algunos.

Un mercado dominado y definido por los jóvenes

Todo esta plétora de contenido sigue creciendo y generando ganancias que sobrepasan el sueldo básico de alguien que trabaja 8 horas diarias. Es entendible que se vuelva una alternativa para quienes buscan ser algo en la vida y así se ha vuelto una atractiva ventana emergente que invita todos. Esto también se apunta a los niños, quienes son un importante mercado dentro de las plataformas de entretenimiento. Ellos son los que más videos consumen al día, son quienes más tiempo pasan frente a un stream e inclusive marcan si un “Influencer” logra dar el salto o no. Ejemplos hay muchos. Pero a lo que trato de llegar con esto, es el hecho de que, en la actualidad los jóvenes ven más viable irrumpir y emular a sus youtubers favoritos, buscando fama y dinero en el mundo de la creación de contenidos.

Si no me creen, hagan el intento en este instante, pregúntenle a cualquier niño que esté expuesto a contenidos digitales en qué desean trabajar o qué quieren hacer de sus vidas. La respuesta que más se repetirá se relaciona con lo que consumen en línea.

Aunque pueda sonar alarmante el hecho de que un niño busque la fama y el dinero, la realidad indica otra cosa. Hay varias situaciones en donde la mayoría de esas figuras del Internet llegaron al lugar que están por accidente o por ajustarse al contenido más visto. Otro factor que vuelve llamativo querer ser Youtuber son las facilidades existentes para volverse uno, por lo menos en los requerimientos técnicos.

Una cámara HD, un micrófono y un poco de creatividad son los ingredientes para empezar en el mundo del entretenimiento digital. No obstante la clave (según los Influencers) se encuentra en ser constantes y hacer contenido que uno disfrute o desee ver, más allá de las ganancias o cantidades de suscriptores. Pero, el detalle recae en que no todo mundo tiene la paciencia y el tiempo para forjar su propio camino. En ciertos casos, los padres o personas más experimentada en el uso de las tecnologías son los verdaderos maquinistas de las figuras que millones de niños ven e idolatran.

¿Desmedida explotación o inocente exploración?

Niños como el del canal Ryan Toys Review, este año se embolsó alrededor de 22 millones de dólares, gracias a sus videos de Unboxing de juguetes, ha hecho que muchos se cuestionan si se trata de algo inocente o una nueva forma de explotación infantil por parte de sus padres o representantes. Por un lado, el pequeño de 7 años dice hacerlo por mera diversión, por el otro. Pero existe mucho hermetismo en cuanto a lo que se hace con las ganancias que genera, ya que hoy en día Ryan es el claro ejemplo de cuando la publicidad y las marcas hacen lo imposible por explorar la imagen del pequeño Youtuber. Desde contratos con Networks para mejorar la calidad de los videos, hasta acuerdos con tiendas de juguetes para crear una línea enfocada en los juguetes que Ryan reseñó. No hay espacio para lo que inicialmente empezó como un juego de niños.

El mundo de los Influencers no está totalmente dominado por niños, el porcentaje de estrellas menores de edad es menor en comparación de los adolescentes y adultos que suelen ser las imágenes que representan este modo de trabajo (de igual manera por motivos de defensoría del menor). Felix “Pew Die Pie” Kjellberg, Logan Paul, Mark “Markiplier” Fischbach y los chicos de Smosh, entre otros, para bien o para mal, se han vuelto ejemplos a seguir, que reflejan estilos de vida llenos de excesos y facilidades obtenidas gracias a las vistas y acuerdos publicitarios con las marcas.

Por el momento, el futuro del mundo de los Influencers es incierto. El formato de los contenidos se encuentra en constante cambio, nuevas plataformas nacen y otras desaparecen. Pero, lo que sí podemos asegurar, es que la duración de esta nueva forma de trabajo y vida seguirá definiendo el gusto de los millones de jóvenes que hacen girar este negocio, siempre y cuando sea un atractivo y alcanzable sueño. Recordemos que nuestro propio instinto humano nos obliga a imitar/replicar lo que vemos.

 

Escrita por:

Alex Velázquez

07 diciembre 2018

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