No es ninguna sorpresa que en gran parte de la sociedad el prestigio represente la manera cómo uno se posiciona o se percibe a sí mismo, dependiendo de lo que usa o tiene. Históricamente esto provoca estándares que arriesgan la credibilidad tanto del artilugio como del usuario que lo adquiere.

Con el paso del tiempo los productos de la marca Apple se han posicionado como los accesorios más deseados y prestigiosos en el círculo social tecnológico. Aunque existan elementos que cuestionen su calidad, no han sido razón suficiente para alejar a sus fieles consumidores, quienes a veces, de manera banal, ven en la empresa un símbolo de prestigio y estatus social.

¿Pero, a qué viene todo esto?

¡Muy sencillo! Como le sucede a todo imperio o dominio, llegan momentos tambaleantes en donde se cuestiona si en verdad vale la pena gastar o invertir en un producto basado más en su prestigio que en sus verdaderas bondades como accesorio de uso diario.

El portal de economía The Wall Street Journal, hace unos días liberó un artículo en donde indicaba que los nuevos modelos de iPhone XS, iPhone XS Max y iPhone XR no han satisfecho las previsiones comerciales de la empresa establecida en Cupertino, California. El escenario los ha obligado a reanudar la fabricación de la anterior versión, o sea, el iPhone X. De los modelos actuales, el iPhone XR es el que más ha sufrido en ventas, ya que el precio que tiene, equivale al del modelo iPhone 8, y al compararlos el segundo parece una mejor opción tanto en precio como en capacidad.

Aunque, la empresa reveló que la razón por la cual están retomando la fabricación de dicho modelo es por un acuerdo con Samsung para comprar una cantidad establecida de pantallas OLED, “oficialmente” por ahorro de costos, ya que el iPhone X es más barato de producir y sus componentes son más accesible en comparación con las nuevas versiones. Aunque esto no es nada nuevo para Apple, ya que, lo mismo pasó cuando salió el iPhone 5, volviendo a una versión austera con el iPhone 5c.

Es evidente que la empresa no se encuentra satisfecha con las ventas y nos hace pensar si estamos en un momento que dañe parcialmente el prestigio de los iPhone, que hayan perdido parte de su brillo o simplemente se deba a que los consumidores quieren ahorrarse unos dólares.

Consecuentemente se espera una sobresaturación de promociones de los nuevos modelos, con la finalidad de darle salida al stock que no han logrado mover, por lo menos en lo que hace su arribo una nueva versión que sea suficientemente atractiva para los consumidores y así recupere parte del prestigio perdido.