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Neil Young se retira de Spotify y el debate antivacuna

27 enero 2022

Neil Young se retira de Spotify y el debate antivacuna

Para hablar de conceptos tan amplios y abstractos como la libertad, inmediatamente pensamos en sus contrapartes. Los muros, las fronteras, líneas imaginarias y reales ante un discurso que supone el vuelo libre, el tránsito de ideas y creencias construidas a nuestro juicio interno y externo. Estas imágenes ilustran lo que pensamos al pronunciar o pensar esta palabra. Libertad no es cautiverio, libertad no es censura, libertad no es intimidación. 

A veces, para definir algo, o entenderlo mejor, naturalmente pensamos en todo lo que no es, es un método de descarte para acercarnos un poco más. Si la filosofía se dedicara a la búsqueda de conceptos estacionarios e inamovibles, se llamaría teología; si la poesía pretendiera abolir las abstracciones del pensamiento, inmediatamente abandonaría el curso literario para inscribirse en el taller de carpintería. Si la libertad tiene fronteras, ¿deja de ser libertad?

El escenario de nuestros días, desde el 2020, ha tenido como estelar a un virus tan diminuto pero tan odioso que ha cambiado de golpe nuestras vidas. Casi como si un guion de Hollywood se hubiera traspapelado en la matrix de nuestra realidad, pero pareciendo que las hojas con los héroes, las épicas batallas y zombis se hayan perdido, para entonces dejarnos una pandemia muy alejada de lo que la industria del entretenimiento nos había mostrado. 

O quizá no es tan aburrida como pensaríamos, es decir, todo este asunto del covid ha liberado historias de conspiración más entretenidas que cualquier película, novela o cuento jamás escrito. Mientras nuestra civilización se construye a un ritmo tecnológico bastante rápido, ideas como que la Tierra es plana y similares siguen palpitando entre nosotros y por mucho que nos cueste creerlo, lo cierto es que no es un grupo pequeño quienes piensan que nuestro planeta no es redondo, de hecho es uno considerablemente grande. 

Entre tanto, la pandemia nos trajo muchas discusiones pendientes que valen la pena considerar como un punto de reflexión. El que más furor ha causado en los últimos meses es el debate de la gente antivacuna y el presunto peligro que suponen difundir información no verídica. Por otra parte, la libertad y sus fronteras se hacen presentes para que reflexionemos sobre si las políticas de censura que han utilizado algunos medios o plataformas digitales en su contra atentan directamente con la libertad de expresión. 

El debate se ha tornado acalorado e incluso ha involucrado a figuras reconocidas globalmente, tanto de uno como del otro lado. Neil Young es un caso al respecto. 

Recientemente se hizo viral la noticia de que el músico y compositor canadiense retiró su música de una de las plataformas más grandes de música, Spotify, bajo el argumento de que no quería que su obra estuviera junto a un podcast antivacunas. 

A pesar de que el 60% de las ganancias de música se vertían en Spotify, Neil Young se mantuvo firme y agradeció el apoyo de su disquera ante esta decisión, consciente de que esto significaría pérdidas monetarias tanto para ellos como para él.

El podcast que repudia el músico es del comediante estadounidense, Joe Rogan. Se trata del programa The Joe Rogan Experience, mismo que por cierto es de los que mayor audiencia tiene en Spotify. Sin embargo, también ha generado controversia por su postura sobre la pandemia y los controles y mandatos gubernamentales. Asimismo, se refiere a las campañas de vacunación contra el covid como una herramienta de control. 

Tanto ha sido el ruido que  ha causado, que en los primeros días de enero 270 científicos y profesionales firmaron una carta en la que pedían a Spotify tomar medidas en contra de Rogan, ya que señalaban que difundía falsedades e información no verídica en su podcast. 

Neil Young señaló que “Spotify se ha convertido en el hogar de la desinformación sobre el covid que amenaza la vida, con mentiras que se venden por dinero".

A lo que la plataforma sueca contestó que trabajaban para equilibrar “tanto la seguridad para los oyentes, cómo la libertad para creadores", borrando más de 20 mil episodios de podcast relacionados con el covid según sus políticas”. Igualmente, lamentaron la decisión de Neil Young, pero que lo esperaban de vuelta pronto, dejando la puerta abierta. 

Más allá de la decisión de Neil Young, con la que podemos estar o no de acuerdo, o adjetivar de exagerada u honorable, el debate no radica en las creencias y convicciones de las personas antivacunas, o no del todo, sino que más bien nos hace reflexionar sobre las fronteras de la libertad. 

¿En qué momento un discurso deja de ser un derecho de libre expresión para convertirse en una herramienta de peligro para la humanidad? No todo es negro o blanco, los matices nos ayudan a enfocar cuando la sautración de la luz nos noquea tanto que nos cegamos. 

Así como los Derechos Humanos Universales han dictaminado que la libertad de expresión no respalda los discursos de odio (racistas, homófobos, etc.), nos cuestionamos si el discurso antivacunas se cataloga como una posible amenaza que atenta contra la salud pública o se mantiene en su libertad. Se trata de una oportunidad para reflexionar, mientras tanto, no cabe duda que este discurso no deja de deambular entre las fronteras de la misma.

Escrita por:

Paulina Martínez

27 enero 2022

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