Post Malone forma parte de la nueva generación de músicos que se criaron con internet, y en consecuencia, sus límites son casi inexistentes. Cada vez que escuchamos algo nuevo del oriundo de Nueva York, comprobamos una y otra vez que la afirmación del año pasado de Post Malone es cierta, él no es un cantante de hip-hop.

En un tweet, declaró que quería tomar el género y estirarlo hasta el punto de que las personas ya no lo escuchen. Esta es una búsqueda de las nuevas generaciones, y que es una fórmula que está encantando a millones, los artistas que logran transgredir estos límites, son hit makers.

Los géneros han muerto y la generación musical compuesta por Billie Eilish, Lil Nas X, Rosalía, J Balvin y el propio Post Malone, están aquí para demostrarlo.

Desde 2016, cuando lanzó Stoney, dejó en claro que bien puede crear una canción de trap, una canción pop o hip-hop, e incluso tocar una balada sólo con una guitarra y violines de fondo. Un hombre ecléctico que a pesar de ciertas controversias, que a otros los hubiera llevado a la destrucción de su carrera, ha despegado a la estratósfera de la fama sin medidas.

 

 

 

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Una publicación compartida por @postmalone el 10 de Dic de 2018 a las 4:13 PST

A pesar de su aparente vida nihilista y extraña, que bien se podría ejemplificar con su colaboración con Crocs, esta dualidad sin géneros, tan del siglo XXI, también es un sello en su música. Bien podemos encontrar versos sobre beber cerveza y tener sexo, pero de igual forma podemos encontrar gritos de fragilidad.

En 2017, Post declaró: “Si buscas letras, si quieres llorar, si piensas en la vida, no escuches el hip-hop”. Aunque una afirmación muy determinante, al menos para él y su música es una ley. La música que tiene reminiscencias de hip-hop, es donde podemos escuchar al Post Malone más nihilista, adorando una muerte joven y noches de alcohol y drogas, como su mayor hit hasta la fecha, “rockstar”.

Después de beerbongs & bentleys (2018), Post Malone se concentró en una gira mundial, pero como si tuviera el toque de Midas, cada canción que lanzó en ese tiempo fue un éxito, como “Sunflower” con Swae Lee. Si no hubiera aparecido “Old Town Road” de Lil Nas X, esta canción que corona el soundtrack de Spider-Man: Into The Spider-Verse (2018), hubiera sido la canción más escuchada de 2019.

Aunque no es tan prolífico como otros exponentes actuales, lo que sea que lance es un éxito, como lo pueden comprobar los singles que antecedieron al lanzamiento de su tercer EP. “Wow.”, “Goodbyes” con Young Thug, “Sunflower” con Swae Lee y “Circles”.

Con estas grandes canciones, no podíamos esperar menos que un LP digno de ellas, lo que nos encontramos, es con un álbum ecléctico. 17 canciones que impiden poder catalogar a Malone dentro de algo, NME cataloga a Hollywood’s Bleeding así: 

"Es un álbum (respiración profunda) synth-pop-rock’n’roll-bedroom-indie-trap-hip-hop-break-up." 

En el cual podemos encontrar colaboraciones tan eclécticas como los sonidos que recupera. Ozzy Osbourne, DaBaby, Future, Halsey, Meek Mill, Lil Baby, Travis Scott, SZA, Swae Lee y Young Thug; además de compartir créditos de escritura con Kanye West y Father John Misty.

El cual supo surcar las críticas de su anterior álbum, el cual fue catalogado de monotemático y simplón en cuanto a letras. En Hollywood’s Bleeding logra unir la profundidad de las letras en Stoney (2016) y los ritmos que lo condujeron a ser un hit maker de beerbongs & bentleys (2018).

Aun con 17 canciones que van navegando entre la dualidad que lo ha caracterizado, este lanzamiento resulta ser más dramático. Es un álbum oscuro y cinematográfico, que te da la bienvenida con “Hollywood’s Bleeding”, para luego hablar sobre deshonra, deslealtad, falta de respeto y desacuerdos.

Un álbum que, como su nombre indica, sangra y podemos notarlo en la interpretación de Post Malone, así como el resto de colaboradores.

“Die For Me” en colaboración con Future y Halsey, deja muy en claro esta herida palpitante con exparejas, tal vez la más obvia es la parte de Halsey, la cual sin lugar a dudas habla de su exnovio G-Eazy.

A pesar de que el dramatismo y las exploraciones sobre sí mismo son los que dominan, claramente las letras absurdas y los ritmos pegajosos, al mero estilo de un buen hip-hop y trap están ahí, como “Wow.” y “Saint-Tropez”.

Así pues, es un álbum ecléctico con todos sus rincones llenos de éxitos comerciales, pero bien hechos, con una conciencia muy clara de los ritmos y lo que quiere explorar en cada uno. No es un material de estudio perfecto, pero los tropezones son bien superados. 

Un álbum que sigue demostrando que Post Malone sabe armar una canción con maestría, y lo odies o lo ames, creas que está ayudando a transformar la industria musical o no, lo cierto es que seguiremos escuchando de este chico de 24 años.

 

 

 

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Hollywood’s Bleeding out now! ????????

Una publicación compartida por @ postmalone el 5 de Sep de 2019 a las 9:22 PDT