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Coachella: el festival más trendy

11 abril 2019

Coachella: el festival más trendy

Coachella es uno de esos eventos mundiales del que pocos no han oído hablar, sobre todo gracias a las redes sociales, en las que cada año se inundan con fotos de los avispados que consiguieron boletos, ya que a pesar de sus elevados precios, los boletos desaparecen a las horas de haber sido lanzados al público.

¿Por qué?

Si lo pensamos desde la practicidad, es un festival en el que para entrar al recinto ubicado en Indio, California, hay que hacer de una a dos horas de entrada y de salida;

que cuesta más de 400 dólares (más de siete mil pesos mexicanos) en una entrada regular y 900 dólares en VIP (más de 16 mil pesos), en términos de festivales estadounidenses los boletos cuestan 100 dólares más que el promedio;

no puedes consumir bebidas alcohólicas en cualquier lugar, hay áreas delimitadas para tomar y fumar las cuales están muy alejadas de los escenarios, a menos que seas VIP;

con más de 200 conciertos repartidos en los tres días de festival, y con un espacio gigante entre ellos, es muy difícil darse abasto;

y claro, el clima desértico de California donde se lleva a cabo, por los días hace un calor terrible, y por las noches hace un frío que te hiela los huesos, además de las constantes tormentas de arena.

Si lo pensamos de esta manera, suena espantosa la experiencia del Coachella, pero aun así, hay miles de personas de todo el mundo que gastan muchos ceros (con un número natural al comienzo) en su cuenta bancaria para ir.

Incluso existen las “dietas Coachella”, programas pagados que consisten en dieta y ejercicios planificados para que cuando lleguen los esperados fines de semana, luzcas un cuerpo envidiable. Además de la “moda Coachella”, que es básicamente el repertorio de ropa que casi todos los asistentes a los festivales acá de música tratan de emular.

Lo que vemos en este festival californiano impone tendencia en todo el mundo.

Aunque es conocida la historia de Coachella como uno de los festivales alternativos más importantes, que de hecho nació como una denuncia al monopolio de Ticketmaster en esta parte de Estados Unidos, desde 2001 la esencia quedó atrás cuando los visionarios Anschutz Entertainment Group compraron a la pequeña empresa de entretenimiento Goldenvoice.

Así fue que poco a poco el mainstream se fue apoderando del festival en el que tocaban The Chemical Brothers, Underworld, Pixies, Radiohead, The Cure, Nine Inch Nails, Daft Punk o Massive Attack.

Ahora los headliners son los artistas que más hits colocan en Billboard y las radios mundiales, Beyoncé, Ariana Grande, The Weeknd, Kendrick Lamar y Eminem, entre muchos otros.

Aunque los artistas que tocan en los escenarios es lo de menos.

Si buscamos en los diversos hashtags de este festival, encontraremos muchas celebridades, muchos influencers y personas presumiendo los outfits que prepararon con semanas de antelación. Al grado que fue casi igual de utilizado el hashtag “#CoachellaStyle” que “#Coachella2018”.

Y precisamente atendiendo a esta necesidad, es que los organizadores se encargan de tener preciosos fondos, instalaciones artísticas, juegos de feria (como la mítica rueda de la fortuna), entre otros que van cambiando cada año.

Dentro de estos mismos fondos “instagrameables”, las marcas han encontrado un nicho explotable, por lo que cada año marcas como American Express, Sephora, Puma, entre muchas otras, se esfuerzan por conseguir la extravagancia estética que los haga aparecer en todo Instagram, la red social más utilizada para este evento.

Claro que el wellness que da Coachella no nació de la nada, ni de los asistentes que comenzaron a ir desde 1990 -su primera edición-, sino que nació por la cantidad de celebridades, artistas e influencers que asisten cada año.

Es básicamente de los únicos eventos públicos donde puedes codearte y disfrutar de un coco con Kendall Jenner al lado, o bailar una cumbia de Los Ángeles Azules detrás de Justin Bieber. Este lugar, es básicamente el patio de recreo de los famosos, y aunque muchos van pagados por marcas que sueltan cifras también con muchos ceros con tal de que lleven una prenda suya, otros lo hacen porque realmente les gusta el festival y es de los pocos lugares donde pueden pasearse con libertad sin tener paparazzi encima.

Así que realmente no te estás vistiendo para tu tía, la única que te da like en Instagram, sino para los posibles encuentros con esas celebridades que es difícil conocer, aun vivas en Los Ángeles o Nueva York.

El simple hecho de ir implica que tienes el dinero para costear los boletos, ropa para vestirte bien, además de las amenidades dentro y fuera del festival, el hospedaje, el transporte, entre muchos otros gastos que no todos pueden pagar.

Ir a Coachella implica mucho más que ver a Ariana Grande cerrando el festival (o los que fueron el año pasado, viendo a Beyoncé), implica prestigio en muchos ámbitos sociales. Una forma de vida por lo que dura el festival, así como desde antes, en el proceso de producción de ti mismo para ser el más trend de Indio, California.

Escrita por:

Nora Morales

11 abril 2019

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