Reseña: BUMBLEBEE
23 enero 2019

Seré honesto con ustedes, soy de las personas que disfrutó la primera película de Transformers (2007) de Michael Bay. Podría decir que me agradó por las emociones que experimenté por ideas como ver a los Autobots y Decepticons por primera vez en la pantalla grande. Podría tratarse del factor nostalgia, que me remontaba a esos años cuando veía la serie animada de estos personajes, o probablemente sea que, esa primera película de los Transformers tenía algo que le hizo falta a los filmes que llegarían después.
Un robot con corazón
Ese determinante elemento del que hablo es el corazón. Para fortuna de todos, Bumblebee tiene mucho corazón; inclusive podría decirse que estamos ante un modesto o austero reboot, que deja detrás las excesivas explosiones, el absurdo patriotismo y las indefinidas secuencias de acción que cortaban cada 3 o 4 segundos –sino es que menos–, donde uno ya no sabía lo que estaba pasando. Todo lo que Michael Bay había establecido en cinco películas de la saga, aquí ya no está, por lo menos cuando hablamos del acercamiento elegido para re-contar la historia de estos Transformers.
Es comprensible que para estas alturas, muchos ya no tengan fe o estén interesados en seguir el hilo de esta saga. Por dicha razón les puedo asegurar que Bumblebee se volverá una de las inesperadas sorpresas del año, al menos en relación a todo lo que se ha hecho cinematográficamente con la franquicia. Pero primero, viajemos al pasado. Es el año 2016, se acaba de anunciar que harán un reboot / spin-off / película de origen del personaje Bumblebee. Lo primero que expresé al leer la noticia fue: “Es algo totalmente innecesario, deberían dejar de seguir haciendo estas películas”.
En aquel entonces opté por borrar de mi radar cualquier indicio sobre este filme, pero hace unos meses, lanzan el primer tráiler y rápidamente noté el potencial y la diferencia en comparación de las anteriores entregas. Simplemente tenía corazón, y volvía a llenarme de esperanza de que por fin den con el clavo.
Una fórmula ya vista pero necesaria
De entrada, Bumblebee no es perfecta, no es una película que cambiará a la industria ni mucho menos hará temblar a la competencia, no. Estamos ante una adaptación a la medida, un filme que le robará el corazón a chicos y grandes, ya que tanto el director como los productores supieron tomar fórmulas existentes y darles un pequeño ajuste, para que lograse entrar todo el simbolismo que significa Transformers, por lo menos lo mucho o poco que recordamos de la Generación 1. Pero entiendo la cierta resistencia en contra del filme, digo, no es fácil borrar de la mente las atrocidades fílmicas del pasado.
Bumblebee funciona como reboot, funciona como película de origen y hasta cierto modo funciona como una calca de E.T. o The Iron Giant. Pero, ¿por qué digo esto? Muy sencillo, este filme tiene la magia que suele verse en los filmes de Steven Spielberg (quien curiosamente es uno de los productores involucrados).
Bee es transformado en algo que vulgarmente podría compararse como la mascota del humano en turno; no se alarmen, lo digo en el buen sentido. Este factor le sirve para desarrollar la amistad o lazos entre nuestros protagonistas para agregar ese momento que estremece o emociona al espectador.
El hecho de que la trama sea de orígenes y se desarrolle en 1987, le sirve para abrir la gama de posibilidades con las que puede jugar, tanto en referencias a la cultura popular, como en la premisa, que permite que brille la inocencia de la época en los detalles. Esto ayuda a que el espectador sea continuamente bombardeado con canciones o escenas de alguna película ochentera. Es más, podría decirse que Bumblebee es una película “coming-of-age” (a rasgos generales, sobre el crecimiento de conciencia y moral de personajes las más veces jóvenes o inicialmente inocentes) mezclada con ciencia ficción. Honestamente funciona, por lo menos en lo referencial. Una vez más sirve como medio para atrapar a los nostálgicos.
Todo en su lugar, ni más ni menos
La estructura narrativa que observamos no es exigente ni sobresaliente. Uno puede adivinar hacia dónde va, pero no por eso se vuelve pasajera. Simplemente podemos ver los huesos de una fórmula que ha funcionado con otros filmes que importan. Gracias a esto se puede hacer un espacio para introducir un acompañante, apasionado con el Vocho Amarillo (Bumblebee) y las épocas contrastadas. Nos ayuda a entender por qué tenemos a la actriz Hailee Steinfeld en el papel principal, cuyo carisma funciona en su rol adolescente. Digo, no me sorprendería que el director haya visto el filme The Edge of Seventeen (Kelly Fremon Craig, 2017), donde la joven actriz resalta por su convincente actuación.
Por otra parte, tenemos al popular exluchador de la mayor compañía de espectáculos de la lucha libre estadounidense WWE y ahora actor, John Cena, como el Agente Burns. Solamente se encarga de interpretarse a sí mismo, por momentos intenta ser el comic relief y en otras escenas quieren hacerse ver cómo el soldado rudo en turno. Un tipo de personaje que está muy reutilizado en los últimos años, gracias a la sobresaturación que ha ocasionado Dwayne “The Rock” Johnson. Probablemente Cena quería demostrar que puede ser cómico y tiene corazón, pero honestamente desconozco la intención a la que querían llegar con este personaje. El resto del elenco no resalta ni muestran algún destello más allá de ayudar a que la protagonista pueda moverse y ayudar al simpático y por momentos “indefenso” Bumblebee.
Podría decirse que el director Travis Knight hizo todo lo que estaba a su alcance para que esto funcionara, y si necesitaba ofrecer un toque retro y accesible para revitalizar la franquicia, entonces lo logró. Presenta una película plagada de clichés y suficiente encanto, obviamente con la debida acción que esperamos en una película de este corte.
Adentrándonos un poco más en lo técnico, por fin podemos ver lo que sucede en pantalla y los Transformers tienen un diseño característico, alejados del frío y por momentos monótono diseño que se utilizaba en los filmes de Michael Bay. Los efectos se ajustan sin llegar a ser ruidosos o complejos en sus transformaciones.
Con potencial a futuro
Al final del día, Bumblebee es un acotado acierto, un pequeño pero firme paso adelante que busca recuperar su título como una de las franquicias más queridas de antaño y de paso hacerse un lugar con las nuevas generaciones que se adentran en la eterna guerra entre los Autobots y los Decepticons. Y sin dejarlo, de los momentos que le volarán la cabeza a los fanáticos, destaca ese excepcional vistazo a Cybertron, que aunque dura poco, es suficiente para hacernos expectativas de lo que está por venir, por lo menos en lo que cabe con este reinicio.
PD: Michael Bay está involucrado en este filme, aunque solamente como productor ejecutivo. Aclaro el dato con la finalidad de causarles un molesto recordatorio de todo lo que hizo con Transformers en el pasado y para que de paso eviten decir que gracias a que Bay está fuera del proyecto la película, resultó mejor.
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23 enero 2019