En septiembre de 2001, hace 20 años, ocurrió algo insólito dentro de la historia de Nintendo. La compañía nipona lanzó a la venta en Japón y Estados Unidos una nueva consola: Nintendo GameCube. 

Probablemente se piense que ese dato no puede ser correcto; y probablemente muchos todavía recordamos vívidamente haber leído sobre la consola en forma de caja en revistas y emocionarnos irracionalmente antes de hacer un pedido anticipado de esa hermosa caja de juegos y bondad.

Mansión de Luigi, Zelda: ¡Wind Waker!, Smash Bros. Melee, Metroid Prime… Todos esos juegos se sienten tan nuevos, tan recientes; pero solo es cuestión de ponerse a pensar que estos inolvidables títulos tienen dos décadas de antigüedad.  

Fue la cuarta consola de Nintendo en Occidente, una caja cuadrada en la que pudimos disfrutar de los juegos en mini-disc, despidiendo así los legendarios cartuchos, que pasaron a la historia. 

Como dato curioso, fue la primera consola de Nintendo que apareció sin el estreno de un juego de Mario Bros. en su lanzamiento, o más o menos, porque lanzaron Luigi's Mansion junto con la consola. El último videojuego del sistema de entretenimiento fue Madden NFL 08. 

La última consola tradicional de Nintendo 

Luego de Nintendo 64, la empresa nipona se dio cuenta que su formato de cartuchos era una piedra de tope, tanto por los costos de fabricación como por las limitaciones técnicas del sistema, dejando atrás de la competencia a esta consola. 

En su época, GameCube vendió 21,74 millones de unidades en todo el mundo y el juego más vendido fue Super Smash Bros. Melee, con 7,41 millones de copias. A pesar de ser técnicamente superior a su mayor rival de la época (PlayStation 2), sus ventas fueron muy discretas, siendo PlayStation 2 la consola triunfadora de su generación (vendió 157,69 millones de unidades en todo el mundo).  

El tiempo pone todo en su lugar y es el caso de la consola cúbica. No es sólo nostalgia, porque si analizamos su trayectoria, es fácil ver que aquella generación comenzó a cambiar la historia de las franquicias de Nintendo, algunas para bien y otras para mal. El GameCube a la vez introdujo conceptos que, si bien pasaron relativamente desapercibidos en su época, fueron la semilla para la implantación de mecánicas sin las cuales sería imposible entender el exitoso Nintendo Switch. 

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