Un espectáculo de luz natural poco común cruzó el cielo nocturno durante el sismo reportado en Ciudad de México, Morelos, Puebla, Oaxaca, Michoacán, Hidalgo, Estado de México y Jalisco. El Servicio Sismológico Nacional confirmó que el sismo sucedió a las 20:47:47 horas, tuvo una magnitud de 7.1 y su epicentro se localizó en el suroeste de Acapulco. 

Con este movimiento, sobresalieron en varias localidades unas curiosas luces azules que iluminaron el cielo. La gente, rápidamente en redes sociales, así como notificó del temblor, subió fotos y videos de estos destellos. 

Se conocen como earthquake lights, en español “luces de terremoto o triboluminiscencia”, y existe una variedad de hipótesis al respecto. Sin embargo, hasta ahora no hay una explicación científica sólida que explique dicho fenómeno. 

La ciencia explica este fenómeno afirmando que cuando las piedras de la corteza terrestre como el basalto y el grabo tienen pequeñas imperfecciones en sus cristales y la onda sísmica golpea las capas tectónicas esa fricción emite las cargas eléctricas que producen estas luces en el cielo. 

Este fenómeno natural está documentado en la literatura científica desde los años 1.600 en distintos sismos. Y existen algunos otros casos como en Nueva Zelanda, que después del terremoto que azotó en 1888 se informó de “apariciones luminosas y resplandores”. Posteriormente, estas luces fueron vistas en Japón, durante el terremoto de 1930. 

Pero no es el único fenómeno que podemos apreciar.  

Nubes estratosféricas polares 

Las nubes estratosféricas polares se encienden en tonalidades color pastel al atardecer. Generalmente, se encuentran entre 14 y 25 kilómetros de altura. Reciben la luz del sol, sin embargo, de una manera diferente a las demás: la toman de cristales de hielo (como de los ecosistemas árticos), que difractan la luz solar. Por esta razón, conforme se mueven en la esfera celeste, sus patrones lumínicos cambian, ondulan y desaparecen. 

Debido tanto a su altura como a la curvatura terrestre, estas nubes reciben la luz del sol desde un ángulo extraño (por debajo de la línea del horizonte), lo que provoca sus extraordinarios brillos y colores. 

Las nubes estratosféricas están, también, ligadas con la desaparición de la capa de ozono. En efecto, en su interior se producen reacciones químicas capaces de incrementar la destrucción del ozono atmosférico. 

Auroras Polares y Boreales 

Tenemos otro fenómeno, el cual seguro escuchaste en algún momento. Las 

auroras no solo se producen en el hemisferio norte, sino que también aparecen en el sur, son las llamadas auroras polares. El hecho de que haya menos asentamientos humanos en el Polo Sur hace que sean más famosas y más fáciles de ver.

Iniciemos con las auroras boreales. Ocurren porque el campo magnético de la Tierra es más débil en las regiones polares. Sin embargo, si la actividad solar es lo suficientemente intensa pueden llegar a verse en latitudes más bajas. 

Se conocen en color verde, sin embargo, los colores se producen por la interacción de las partículas del viento solar con los átomos y moléculas presentes en nuestra atmósfera. El color verde se debe a la excitación del oxígeno, responsable también de los tonos amarillentos. El nitrógeno produce la luz azulada y en ciertas ocasiones los púrpuras y rojos que rodean los bordes más bajos de las auroras y de las zonas más curvadas. 

Y un dato curioso es que emiten sonidos. Así lo demostraron en 2012 investigadores finlandeses. El sonido que emite una aurora boreal es similar al chasquido de la electricidad estática o al caminar sobre las hojas secas. Estos sonidos no son audibles por los seres humanos ya que se producen lejos de la superficie terrestre, a unos 70 kilómetros de altura sobre nuestros pies. 

Y no olvidemos a las auroras polares y se forman en los meses de otoño e invierno, pero únicamente en o cerca de los polos norte, en países como Canadá, Escocia, Islandia.  

De acuerdo con científicos del Massachusetts Institute of Technology, se producen cuando los electrones o partículas eléctricas desprendidas del viento solar, que viajan a gran velocidad, chocan con la atmósfera. Si buscamos imágenes de auroras polares en Internet comprobaremos cómo prácticamente todas ellas son espectaculares, en buena medida por la intensidad de sus colores. 

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