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Cannes 2022: la mayor fiesta del cine

31 mayo 2022

Cannes 2022: la mayor fiesta del cine

Cannes 2022 llegó a su fin. Muchos críticos apuntan que los festivales menos comerciales apuntan a otoño, unas naves de la fuerza aérea se desplegaron por el estreno de Top Gun pintando el cielo de blanco de la ciudad francesa. 

Mientras otros tantos atribuyen a la ausencia de Netflix que decenas de “buenas películas” (según su opinión) sean relegadas a secciones no premiadas. Mientras que otros lo atribuyen a que el festival lleva demasiado tiempo premiando al artista y no a la obra.

Parece que es un tropo bastante utilizado entre los cronistas del festival, comenzar odiando y terminar agradeciendo. Sea como fuere, este año el festival ocurrió bastante tranquilo, normal y ajetreado, con cada vez más personas yendo a la ciudad portuaria. Con películas, según los críticos, en su mayoría decepcionantes y en el otro extremo, infravaloradas. 

Pero Cannes también tuvo a Gael García y Guillermo del Toro cantando unas rancheras, manifestantes invadiendo la alfombra roja e idols siendo empujados por influencers de poca monta. 

Sin embargo, la gran sorpresa de la edición 75 del Festival de Cannes fue el ganador de la Palma de Oro: Triangle of Sadness, de Ruben Östlund. La segunda palma que el director sueco alza en su carrera, la primera en 2017 con The Square.

Esta corrosiva comedia sigue a dos modelos que gracias a su condición de influencers son invitados a un yate de lujo. El viaje, con viejos millonarios caprichosos, una tripulación obligada a satisfacer las demandas de los pasajeros y un capitán borracho, acaba en desastre. Y a Östlund le sirve de excusa para hablar del mundo actual y la estupidez humana.

Potente y divertida, pero nadie esperaba que recibiera el mayor galardón de la fiesta cinematográfica.

La Mejor dirección se la llevó Park Chan-wook por Decision to Leave; mientras que los premios de interpretación fueron para su compatriota Song Kang-ho, por Broker, de Hirokazu Kore-eda, y para la iraní Zar Amir Ebrahimi, por Holy Spider de Ali Abbasi.

Mientras que el galardón de mejor guion se lo entregaron al egipcio Tarik Saleh por Boy from Heaven.

Pocos quedaron satisfechos con la decisión del jurado encabezado por Vincent Lindon, incluso algunos están sumamente molestos. Por lo que hablemos de algunas películas que según los críticos fueron las mejores, no hay dos listas iguales ni nombres que se repitan, así que las seleccionamos según el gusto propio después de leer lo escrito por los expertos.

Comenzamos con una película paquistaní, Joyland de Saim Sadiq. Esta cinta tiene como centro la vida de Haider Rana, quien vive con su cónyuge de matrimonio arreglado Mumtaz (Rasti Farooq), su padre (Salmaan Peerzada), su hermano (Sohail Sameer) y su cuñada (Sarwat Gilani), la familia forma una unidad social estrecha donde los roles de género son ligeramente fluidos. Mientras Mumtaz trabaja como maquilladora para las futuras novias, Haider, desempleado, lava los platos y cuida a los niños, para disgusto de su hermano y del patriarca.

Cuando un amigo dice que hay un trabajo disponible en un teatro local, Haider se encuentra con Biba (Alina Khan), una bailarina con un séquito de jóvenes que bailan detrás de ella durante el intermedio. Al principio, el hecho de que ella es transgénero parece no tener ningún comentario, pero las consideraciones más sutiles de la sociedad conservadora de Pakistán gradualmente pasan a primer plano.

Una película con un grado de valentía política y social con una narración que dista mucho de lo conocido como cine paquistaní. Aborda de manera sutil relaciones sociales, dinámicas familiares, expectativas religiosas y culturales, modos de sexualidad.

Una de las grandes esperadas (y no tan aplaudida) fue Crimes of the Future, de David Cronenberg, una historia de sexualidad, horror y arte de maneras profundas y oscuras. 

Cronenberg desempolvó un guión de hace unas décadas sobre un hombre en cuyo cuerpo están creciendo órganos sin uso conocido y usa sus extracción como una especie de arte de performance. Apoyado por su compañera y musa Caprice (Léa Seydouxen), los dos fetichizan la cirugía y se entrelazan en artilugios salvajes que les permiten sumergirse en los rincones más oscuros del cuerpo y sus psiques.

El director elabora una película de resonancia filosófica y una especie de búsqueda espiritual, cuestionando la noción misma de aferrarse desesperadamente al pasado en lugar de dejar que la nueva carne tome el control.

Otra joya escondida fue Showing Up, de Kelly Reichardt. Una película tranquila que sigue a Lizzy Carr en una historia de pasividad agresiva e instalaciones artísticas. Jo (Hong Chau) es el casero/artista cuyos elogios a Lizzy se sienten sinceros y cortantes en igual medida. 

Su madre (Maryann Plunkett) emplea a su hija en la institución, mientras que su padre disfruta de la jubilación. Su problemático hermano Sean (John Magaro) muestra abiertamente cómo la línea entre una instalación de arte y un agujero en el suelo excavado por un maníaco es difícil de discernir fuera del entorno de una galería.

Una película con personajes sumamente peculiares, que toma la sutileza con gran intensidad, y vale la pena mirar aquellos detalles, según la crítica.

Aunque este año Cannes no retumbó tanto como otros años, parece que el festival camina seguro hacia las ochenta ediciones, con subidas y bajadas como todo. Mientras tanto, esperemos que alguna distribuidora traiga la cinta ganadora de la Palma de Oro para criticar con conocimiento de causa, y entender por qué tantos la odiaron.

Escrita por:

Nora Morales

31 mayo 2022

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