Nadie lo ha pasado del todo bien en estos momentos, y cada quién ha encontrado sus maneras de continuar positivos. Algunos han encontrado un refugio en el deporte, en los hobbies, en el aire libre o algunos otros han encontrado en la ropa una nueva manera de expresión.

Así, los diseñadores encontraron en hacer colecciones coloridas el antídoto perfecto para olvidar lo aburrido y lúgubre del año pasado. Pintando las pasarelas digitales de otoño pasado de color rosa.

 

 

 

 

 

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Llegó con un rosa tipo medicina para el estómago en un traje de Thebe Magugu, un vestido con mangas abullonadas color rosa chicle de Carolina Herrera, en una chaqueta color cereza de Gucci.

Algunas marcas entendieron antes mejor que otras la alegría que dan los colores brillantes, como Versace bajo la dirección creativa de Donatella Versace, “¡El color es vida, alegría, diversión!”

En la pasarela Versace otoño/invierno 2021 salieron juntos tres looks en tonos fucsia, limón y coral. La marca decidió que salieran juntos para hacer una declaración, que ellos miran al futuro con un nuevo sentido de positividad. Y que a medida que recuperamos lentamente nuestras vidas, todo el mundo deberíamos celebrar.

 

 

 

 

 

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Pero, ¿realmente los colores nos hacen más felices?

Un artículo publicado el año pasado en la revista Psychological Science, en coautoría de un equipo de investigadores de 36 instituciones académicas, reveló ciertas asociaciones universales de color y emoción. 

En el estudio, se pidió a 4,598 participantes de 30 países en seis continentes que hablan 22 idiomas distintos, que emparejaran 20 emociones (por ejemplo, alegría, placer, alivio, arrepentimiento, tristeza e ira) con 12 colores. 

Luego, los científicos calcularon la probabilidad promedio de cada asociación color-emoción e identificaron la más prominente entre las 240 combinaciones posibles, que incluían alegría con rosa, así como los otros colores resaltados en la colección de Versace, amarillo y naranja.

 

 

 

 

 

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De igual manera, estudiosos de Suiza publicaron en Quarterly Journal of Experimental Psychology, en 2015 que un grupo de estudiantes vieran videos de actores que retrataban “pánico” y “alegría exaltada” y que eligieran el color de camisa más apropiado para la emoción. 

Descubrieron que los participantes seleccionaron colores más brillantes, más saturados y cálidos para las expresiones alegres que para las expresiones de miedo. Los colores a lo largo del espectro rojo-amarillo se consideraron más apropiados para la alegría y los tonos cian-azulados para el miedo.

Concluyendo que el color de la ropa puede usarse para transmitir intenciones emocionales.

 

 

 

 

 

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En este sentido, la anécdota que creó la colección otoño de Loewe resume todo. El stylist de la marca, Benjamin Bruno, en el invierno pasado cuando los casos de covid-19 aumentaron en Europa, comenzó a aparecer en el estudio vistiendo coloridos outfits para mejorar su propio ánimo.

Lo cual inspiró al director creativo Jonathan Anderson para diseñar piezas que podrían ayudar a las personas a mejorar su propio ánimo, como el traje mandarina de gran tamaño con rayas contrastantes en la colección de otoño. Acompañados con accesorios optimistas, como botines con detalles de rayos de sol.

 

 

 

 

 

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Aunque no existe ningún tipo de estudio que compruebe que vestir de colores asociados a la felicidad te hace más feliz, sin duda, te transmite una intención emocional. Casi como el dicho de una mentira dicha mil veces se vuelve una realidad, o aquel mito que dice que si sonríes aunque te sientas mal te sentirás un poquito más feliz, vestir de colores parece ser la respuesta a aquellos días en los que no damos una.

Al menos te ayudará a que el resto de personas a tu alrededor noten una intención de ser más alegre, y tal vez por consecuencia, cuando te mires al espejo, tú sientas lo mismo. O simplemente mejores el día de alguien. Quién sabe.

FOTO: Imagen de DWilliam en Pixabay