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La inclusividad de tallas en la moda

09 junio 2022

La inclusividad de tallas en la moda

Vestir de acuerdo a tu edad, intereses, personalidad y estilo es un reto para las personas de tallas grandes. Para algunas personas, más que un reto es una situación traumática: entrar a una tienda se asemeja a encontrar una declaración de “no perteneces aquí” en cada prenda y rack. El reto no es encontrar piezas textiles que cubren tu cuerpo, sino crear un estilo propio. 

“Lo que me encantaría tener es lo que la mayoría de la gente da por sentado: entrar a una tienda y no pensar si pueden comprar allí o no, y conocer gente nueva sin preocuparme de que me perciban sólo como un número en una balanza”, cuenta Janelle Okwodu en un artículo para Vogue

Su historia sobre el trauma que la moda le ha causado a lo largo de su vida, tiene una especie de final feliz, el problema es el que propone Raquel Carrera, coautora del libro La revolución del amor propio y de la cuenta de Instagram @SoyCurvy, para SModa.

“¿Se puede vestir bien teniendo talla grande sin tener que recurrir a Shein? Sí. ¿Vas a necesitar un presupuesto mucho más alto que una persona con un cuerpo más normativo? También”.

 
 
 
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El final feliz de Okwodu nació en la pandemia, cuando decidió tirar prendas que ya no deseaba porque logró convencerse que “podía lograr cosas mejores, sino de que merecía tenerlas en primer lugar”. Sobre todo cuando la pandemia la imposibilitó a usar el comodín de sus outfits, accesorios de alta gama.

La pandemia nos ayudó a muchos a encontrar nuevas maneras de adentrarnos al mundo, y aunque algunos expertos y creativos apostaban por disminuir la producción de la industria de la moda, los impactos en las compras en línea indican lo contrario.

No sólo la necesidad de endorfinas consumistas, sino la transformación de espacios y de uno mismo, fueron tendencia. Y aquí es donde entra el gigante chino de la moda ultra rápida, Shein.

 
 
 
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Fundada en 2008, toma la idea del fast fashion como Inditex y le pone nitro. Si algo construyó a Inditex como el conglomerado potencia en el mundo fue brindar nuevos estilos cada semana y a precios accesibles; Shein cambia cada día, brindando al mundo, literalmente, toneladas de estilo a precios ridículamente bajos.

Y aunque esta propuesta de moda ultra rápida atañe literalmente a todos los targets, incluso mascotas, un nicho (o más) que la ha acogido es el de millones de personas que a diario compran sus tallas plus size.

En Shein pueden scrollear por horas y encontrar prendas de tu talla (eso sí, tienes que saber tus medidas) en todos los estilos. Shein regala a las personas de talla grande ropa sexy, cómoda, práctica, cual sea. Claro que la búsqueda de ropa más sostenible, sin explotación laboral y de comercio nacional es lo deseable para muchas compradoras, pero, ¿qué pasa cuando no hay para ti?

O lo peor, cuando las marcas juegan con la inclusión de todas la tallas, y las compradoras van a las tiendas y resulta ser mentira. O sólo hay en un muy reducido tipo de estilos. La realidad es que la inclusión de tallas grandes parece ser más un boleto para ser parte de lo políticamente correcto, pero en la realidad parece una mentira.

El conjunto viral de Miu Miu plasmó muy bien el problema hace unos meses: lo vistió Paloma Elsesser en la portada de i-D y el mundo aplaudió, pero fue un diseño adaptado para ella, en las tiendas solo recibieron las dos tallas más pequeñas.

 
 
 
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Aunque puede parecer que es un problema de las tiendas al querer mantener la moda exclusiva, la realidad es que es más simple y complicado a la vez: la producción.

“Las fábricas hacen hasta una L. Si quieres ir más allá, para empezar necesitas un nuevo patrón, porque el cuerpo grande necesita pinzas y necesita adaptaciones en los cortes. Además hay que utilizar más tela y no te dejan producir tres vestidos, tienes que producir mucho más, así que normalmente las marcas más sostenibles no llegan a nuestras tallas. Es verdad que hay diseñadores que te lo pueden hacer, que te puedes hacer ropa a la medida… pero para la mayoría supone un gasto muy importante en su presupuesto”, cuenta Carrera.

Para muchas marcas, especialmente las más pequeñas, no es rentable y ni siquiera viable producir en una gran variedad de tallas. Y en un intento de democratizar la ropa, las marcas pueden fallar, como el caso de Old Navy.

En el primer trimestre del año GAP entraba en pérdidas y lo achacaba precisamente a los errores cometidos con el lanzamiento de su oferta de tallas grandes en su cadena Old Navy. 

“Hemos planificado demasiadas tallas grandes y la demanda de los clientes ha sido inferior a la oferta, lo que ha provocado un exceso de inventario en las tiendas. Este problema se ve agravado por la falta de existencias en las tallas principales debido a la continua interrupción de la cadena de suministro y los retrasos en el inventario”, decía la consejera delegada de GAP, Sonia Syngal.

 
 
 
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En este sentido, Shein es básicamente imbatible ya que crea sus diseños y la producción con base en Inteligencia Artificial, logrando reducir su inventario no vendido al 2%, cuando la media de la industria es del 30%.

“Si una pieza no se vende como se espera, el proceso de producción se detiene inmediatamente. Analizando la demanda en tiempo real para todos los productos, incluidos los de tallas grandes, y combinándolo con nuestra ágil cadena de suministros, nos permite mantener una oferta amplia para un cliente que busca un abanico de tallas”, cuentan los portavoces de la compañía.

Claro que nadie habla de las condiciones de producción, ni la calidad que muchas veces hacen de esta ropa desechable. No sorprende que TikTok y Shein provengan del mismo país.

 
 
 
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Sin duda, hay un nicho de mercado que merece vestir como desee, y no con las sobras o mentiras que la industria, y con un presupuesto promedio. 

El problema es que esa necesidad está siendo cubierta por empresas con dudas en cuanto a su conciencia ambiental, y mientras Inditex continúa subiendo los precios de sus prendas y sus tallas continúan siendo de un dígito, Shein continúa con los mismos precios, y teniendo literalmente nuevos estilos cada día, con tallas que van hasta 4XL.

Aunque es un problema, la realidad es que no podemos culpar a ningún consumidor, sobre todo si toda su vida ha batallado por conseguir ropa de acuerdo a lo que desea, mientras las marcas convencionales no pueden (o no quieren) expandir sus tallas. 

Aquí los cuestionamientos deberían dirigirse al constante bombardeo sobre inclusividad y body positive con influencers y modelos plus size que desfilan en pasarelas y posan para las portadas de revistas, pero que no llega a los racks donde una persona común y corriente pueda vestir.

Desde hace cuánto tiempo los diseñadores no crean ropa para vestir a las personas, sino piezas que las personas deben esforzarse para vestir. Si algo ha apuntado esta generación en ciernes (la gen z) es que la exclusividad ya no es algo que se busque, sino la democratización de vestir bien sin importar tu presupuesto.


FOTO: AllGo - An App For Plus Size People en Unsplash

Escrita por:

Nora Morales

09 junio 2022

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