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Eclipses, de lo místico a lo divertido

08 noviembre 2022

Eclipses, de lo místico a lo divertido

Cuando en el pasado los objetos celestes simplemente existían, como siguen haciéndolo ahora, era motivo suficiente para llenar a la humanidad de pánico, temor y hasta desconcierto sobre su propia naturaleza. 

Pasados los años (quizá siglos), el pánico fue cesando pero no se apagó por completo. Mientras ya habíamos asimilado que el sol y la luna todos los días y las noches llegarían, o casi siempre (pensando en Luna Nueva), lo siguiente fue recurrir a un pensamiento mágico místico en el que estos cuerpos existían y ocasionaban sombras, desaparecían o se pintaban de rojo (Luna de Sangre) por motivos específicos, que tenían que ver con la mitología astrológica y demás cosas. 

Más allá de esto, y miles de años después de eso, nuestra humanidad sigue caminando sobre ese mismo hilo narrativo. Claramente ya no tememos que un día de la nada salgan hombres lobos a cazar personas en el bosque, o cosas del estilo. Quizá ahora la palabra eclipse la relacionamos más con momentos de la cultura popular, o mínimamente pensamos en este verso que desgarra el alma:

Once upon a time I was falling in love/ Now I'm only falling apart/ There's nothing I can do/ A total eclipse of the heart.

Sea lo que sea, lo cierto es que los misterios de la vida misma siguen rodeados de ideas místicas, religiosas, filosóficas y, por supuesto, científicas. Sin embargo, ni una ni otra (aunque algunas de estas ramas piensen que sí) han podido demostrar la verdad. Y quizá a estas alturas del viaje lo demenos sea “demostra”, sino más bien sea buscar la manera de encontrar un sentido óptimo a este caos llamado vida. 

Más allá de todo esto, recientemente, en la pasada madrugada del martes o de noviembre de 2022, presenciamos un eclipse total de luna. Un eclipse que pintó a nuestro satélite de rojo, convirtiendo nuestro firmamento nocturno en uno de ciencia ficción, pues la Luna parecía otro planeta o incluso Marte mismo, pero mucho más cerca. 

En cuanto a este fenómeno, hablamos de uno de los  más democráticos que podemos ver en el planeta. ¿Por qué? Porque por lo general, los eclipses solares son más excluyentes, siendo visibles en regiones específicas. Sin embargo, los de luna, aunque no se pueda ver en todo el planeta, se ve en casi todo siempre y en las zonas más alejadas regala un espectáculo visual, aunque nimio pero lo consigue. 

A propósito de esto, los eclipses solares son tan exclusivos que únicamente puede haberlos en la Tierra. Es decir, sólo en nuestro planeta existen eclipses de este tipo, ya que el sol tiene un diámetro 400 veces mayor que el de la Luna, pero también está 400 veces más alejado de nosotros; por este motivo, los dos astros parecen tener el mismo tamaño en el cielo y la Luna cubre perfectamente al Sol. Si la Luna estuviera más cerca, podría bloquear al Sol y a su corona; si estuviera más lejos, no podría cubrir completamente al Sol. Ningún otro planeta tiene una luna con el tamaño perfecto. 

Igualmente, y como dato curioso, al momento de haber un eclipse solar, la sombra de nuestro satélite corre sobre la superficie terrestre más rápido que la velocidad del sonido, a más de mil 200 millas por hora. 

Los eclipses son un evento espectacular digno de observar, siempre que hay uno, ya sea solar o lunar, es verdad que se trata de un espectáculo que puede  dejarnos sin palabras e incluso puede conmovernos. 

En este sentido, y en el pensamiento mágico, los eclipses también tienen sus efectos emocionales/espirituales sobre nosotros. O al menos eso se cree de acuerdo a términos astrológicos. Por ejemplo, que durante los eclipses de Luna nuestras emociones y sentimientos pueden desbordarse hasta un punto de ser percibidos claramente por los demás. Por lo que hay que procurar mantenernos en un entorno pacífico, armonioso y tomar las riendas de lo que sentimos.

Escrita por:

Paulina Martínez

08 noviembre 2022

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