Los seres humanos somos seres sociales por naturaleza, está dentro de nuestro sistema socializar entre nosotros mismos para evolucionar como especie. Desde lo sencillo, hasta lo grandilocuente, esta cualidad nos ha ayudado a evolucionar hasta lo que somos hoy en día, una especie capaz de construir edificios más altos que las nubes, automóviles que no necesitan choferes para conducirse y asistentes personales que son capaces de hasta ayudarnos con nuestra salud mental. 

Más allá de parecer una frase motivacional con un atardecer de fondo, lo cierto es que gracias a la ayuda de los unos y los otros, nuestra especie ha alcanzado a ser la civilización que es, y esto en todos sus matices, tanto “buenos” como “malos”, por nombrarlos de una manera. 

Sin embargo, y antes de extendernos en esta narrativa exacerbante sobre nuestras palomitas y taches en nuestras acciones como humanidad, retrocedamos hacia la cualidad en la que la socialización también nos reconforta de manera individual como personas. La amistad.

¿Qué es un amigo? ¿Quiénes fueron los primeros amigos de la humanidad? Más allá de mitologías y leyendas que nos repetimos una y otra vez en el imaginario colectivo, y antes de caer en fábulas o idealizaciones sobre esto, pensemos en el mero gesto de lo que hace que una persona se convierta en nuestro amigo. 

A estas alturas del viaje, muchos voltearán atrás y dirán que no existe una tal cosa como los amigos, otros te dirán que son contados con una sola mano, y también habrá quienes te digan que están rodeados de centenares de estos. 

Alguna vez Emily Dickinson escribió: todo mi patrimonio son mis amigos, y con esto nos valemos hoy para considerar a estos vínculos cercanos como unos realmente reparadores y reconfortantes para nuestro desarrollo personal. De hecho, aunque parezca un tema ñoño, laso o muy común entre postales e imágenes “inspiradoras” que mandan las tías en los grupos de chat, lo cierto es que el tema de la amistad ha sido realmente tratado a profundidad desde diversos puntos de vistas, sobre todo en la filosofía y la literatura. 

No obstante, por eso hoy te contamos algunos tips para hacer amigos, sobre todo en lugares nuevos, tanto geográficamente como espacios de trabajo, grupos de interés o en cualquier sitio. 

Asiste a eventos sociales

Busca clubes, grupos o sitios en donde la gente se reúna. Ya sea lugares para bailar, tomar una copa, celebrar un deporte o algo por el estilo. En internet siempre se pueden encontrar fácilmente estos sitios, o también caminando. Una manera de explicar es caminar y encontrar algún sitio que te llame la atención y que, claro, sea seguro.

Haz y también acepta invitaciones

Si estás en un nuevo sitio de trabajo, invita a alguien a tomar un café o a almorzar. O cuando alguien te ofrezca una invitación y te sientes convencido, ve, siempre es mejor descubrir si sí nos interesa ese grupo de personas o no, antes de asumir. 

Busca un pasatiempo

Toma un curso en una institución educativa o en una institución comunitaria para conocer a otras personas que tengan intereses similares. Únete a una clase en un gimnasio local o un gimnasio cerca de ti. 

También, otra manera de descubrir y entender la amistad es a través de la literatura, por eso te recomendamos los siguientes títulos:

La orquesta de la lluvia, de Hansjörg Schertenleib

El escritor sueco, Hansjörg Schertenleib, narra el encuentro y la amistad entre Sean, un escritor suizo que acaba de ser abandonado por su esposa, compañera de toda la vida, y Niahm, una irlandesa de origen humilde que, después de una dolorosa travesía por Londres y Berlín, decide regresar a su pueblo natal, Donegal. Es en este lugar donde ambos se conocen y entablan una gran amistad, marcada por la necesidad de contar sus propias historias y esperanzas como medio de expugnar el dolor y alcanzar la tranquilidad en sus vidas.

Las olas,  Virginia Woolf

Quizá el tema central no es la amistad, pero esta novela experimental de corte poético de la aclamada escritora británica, Woolf, retrata cómo un grupo de amigos va creciendo a lo largo de toda una vida en la que sus relaciones interpersonales entre ellos proyectan quienes son y en quienes se han convertido. 

“La novela desarrolla, al compás del batir de las olas en la playa, seis monólogos interiores, a veces discrepantes y aislados, otras veces casi en coloquio concordante, en los que se formulan, desde su infancia hasta sus últimos años, seis vidas múltiples y dispares”.