Hace unos pocos días la casa de subastas Christie’s de Londres logró vender una botella del prestigioso whisky The Macallan 1926 en 1,53 millones de dólares, volviéndose la botella de bebida más cara del mundo, por lo menos así lo hacen saber los expertos de la casa de subastas. Pero muchos se preguntarán: ¿Qué hacía tan especial a esta botella?

La botella de whisky encierra una curiosa anécdota respecto a su embotellado. Por allá de 1986 fueron contratados 3 artistas para diseñar una etiqueta para esa edición. El cubista Valerio Adami junto con Peter Blake (el mismo que se encargó de diseñar la portada del álbum Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band de The Beatles) y el muralista Michael Dillon, fueron los encargados de diseñar las etiquetas de dicho stock.

El proceso era simple, cada artista se encargaría de diseñar etiquetas individuales para las 12 botellas que pasarían madurando alrededor de 6 décadas en barriles de jerez. Pero Dillon optó por algo radical, decidió pintar a mano una sola botella, así es, una sola botella de Macallan 1926 para la posterioridad.

Por si fuera poco, The Macallan (la destilería) había perdido de vista la tan especial botella, ya que, simplemente no estaban seguros de su existencia. Inclusive se dice que la última vez que la vieron fue en la lujosa tienda británica Fortnum & Mason, en 1999. Pero años más tarde darían con su paradero y de esta forma terminaría siendo subastada para después volverse la más cara hasta el momento.

Anteriormente, el récord de la botella más cara lo tenía una perteneciente al mismo stock, una de las cuales tenía una de las etiquetas diseñadas por Valerio Adami. Dicha botella alcanzó un precio de 1.1 millones de dólares, pero le duró poco récord. La botella pintada a mano por Dillon llegó para desbancarlo y robarle el título de la botella más cara del mundo.

El experto en vinos de la casa de subastas Christie’s, mencionó que más allá de su valor histórico y artístico, la botella Macallan 1926 personalizada por Dillon, es parte de un whisky que podría considerarse de la malta más fina y de colección que se ha producido en el siglo XX. De esa forma convirtiéndose en el “Santo Grial” de los Whiskys.