En el 2022 poco se ha hablado de la pandemia, pero otros miedos acechan constantemente y abrir las noticias es un punto de inflexión para el estado anímico del día. Aunque el miedo y la ansiedad reinan en las dantescas noticias mundiales, siempre es un buen momento para comprender que una persona (o un grupo de ellas) puede hacer cambios, que impulsan la paz a pesar de todo.

Una buena manera de encontrar esperanza en este 2022 tan antitético, es conocer a los tres ganadores del Premio Nobel de la Paz, quienes han hecho de sus vidas una apología a la esperanza de un mundo mejor.

"[Los galardonados del Premio de la Paz] demuestran la importancia de la sociedad civil para la paz y la democracia", dijo Berit Reiss-Andersen, presidenta del Comité Noruego del Nobel. 

 

 

 

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El primer galardonado es Ales Bialiatski, un líder civil bielorruso que ha liderado una campaña no violenta y no partidista de casi 30 años por la democracia y la libertad. Bialiatski fundó la organización de derechos humanos "Viasna" (Primavera) en 1996, en respuesta a las controvertidas reformas constitucionales que otorgaron al presidente poderes dictatoriales y que desencadenaron manifestaciones generalizadas. 

Inicialmente, la organización brindó apoyo a los presos políticos y desde entonces se ha convertido en la principal organización no gubernamental de Bielorrusia que contribuye al desarrollo de la sociedad civil en el país mediante la documentación de abusos contra los derechos humanos y la supervisión de elecciones. 

Bialiatski está encarcelado desde julio de 2021 por presunta evasión de impuestos, cargos que los defensores de los derechos humanos consideran que tienen motivaciones políticas.

 

 

 

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La segunda laureada es la organización de derechos humanos Memorial, fundada a fines de la década de 1980 con la misión de preservar la verdad y la historia de las represiones políticas masivas en la Unión Soviética bajo Stalin. 

Hasta antes de su disolución hace un par de días por el gobierno ruso, era una organización paraguas que destacaba los abusos contra los derechos humanos, promovía el estado de derecho democrático y afirmaba el derecho a la libertad política.

 

 

 

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El último galardonado fue el Centro para las Libertades Civiles (CCL), una organización ucraniana de derechos humanos establecida en Kiev en 2007 con la misión de promover los valores de los derechos humanos, la democracia y la solidaridad en Ucrania y la región de la OSCE. 

CCL es un actor principal en Ucrania que influye en la opinión pública y las políticas públicas, apoya el fortalecimiento del activismo cívico y promueve los derechos humanos. Tras la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022, CCL ha estado trabajando para identificar y documentar los crímenes de guerra rusos contra la población civil ucraniana. 

 

 

 

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FOTO: ArsusGomz, CC BY-SA 4.0, via Wikimedia Commons