Concepts

Nuevos géneros de música

05 febrero 2020

Nuevos géneros de música

De dimensiones sónicas a la voz de una generación

Cuando creímos que el mundo del rock y el pop nos había entregado toda una paleta de colores, matices y tonalidades en cuanto al mundo sonoro y los ritmos que surgían a partir de estos, lo cierto es que hoy en día se ha vuelto más complicado definir qué es un género musical y a partir de qué acorde o qué giro, es uno u otro. 

Menciono al rock y al pop por tratarse de los géneros más generales (vaya la redundancia fonética) en el amplio mundo de la música, pero el origen de todo está escrito en los albores de nuestra historia como humanidad. Antes que nada, ¿qué es la música? Pues, básicamente se trata de una combinación entre la melodía, ritmo y armonía. 

Entonces, partiendo de ahí, ¿cómo definiríamos un género musical? En pocas palabras, los expertos lo han aterrizado a una categoría que reúne composiciones musicales que comparten diversos criterios de afinidad y función, esto último hablando de si se acompaña para una danza, cine o alguna clase de culto religioso. 

Para no clavarnos en definiciones y conceptos y dar el salto a lo que realmente nos interesa aquí, que es hablar de las nuevas tendencias en el mundo sónico, desde las exploraciones más extravagantes hasta las más sutiles, vayamos directo a lo que el mundo está consumiendo más que nunca en estos días. 

Según un estudio realizado por la Federación Internacional de la industria Fonográfica, IFPI por sus siglas en inglés, los diez géneros musicales mayormente consumidos por personas entre los 16 y 64 años en 21 países diferentes alrededor del globo terráqueo, son: pop, rock, oldies, hip-hop / rap, dance / electrónico, indie / alternativa, K-Pop, metal, R&B y la música clásica. 

¿Qué dice esto del momento en el que vivimos? Pues quizá sólo muestra la ventana que nos permite ver cómo el mundo es diverso en cada uno de sus rincones, y aunque nos extraña no ver mencionado el reggaetón, lo cierto es que incluso ya podríamos definirlo como el nuevo pop, al menos el nuevo pop latinoamericano. 

No cabe duda de que nuestra relación con la música, como especie, es de las más estrechas y fuertes que existen entre todas las artes. Desde la abstracción del movimiento que ocasiona en nuestro cuerpo el solo escuchar algunos ritmos hasta la más profunda introspección. 

Por eso es natural que hayan existido tantos cambios desde siempre, en cuanto a la estética, recursos sonoros, formas discursivas en la composición tanto de la música o la letra (en ocasiones), como en los límites que se atreven a cruzar de un género musical a otro. 

Quizá es a partir de esta premisa que nace la “problemática” para definir un género en estos días, porque terminamos aventando a un artista en un sólo cajón junto al “resto” que suena similar, y todo termina como un archivero con miles de papeles amontonados en un mismo espacio y otros tantos desperdigados alrededor, y nos preguntamos, ¿entonces esto va aquí o allá? 

¿Será que catalogar a la música en distintos cajones ya no es la solución? Al respecto habrá opiniones encontradas, como en todo. Sin embargo, si nos remontamos al pensamiento de que este año 2020 representa el inicio de una década y el pasado el cierre de otra, podríamos mencionar los sonidos más novedosos que se destacaron en los últimos diez años y los que están colándose a la escena musical para esta nueva etapa. 

De esta manera se ha definido la tendencia de una época durante años, por ejemplo, es imposible no pensar en Led Zeppelin, Janis Joplin o Jimi Hendrix cuando hablamos  de la década de los 60 (sobre todo a finales). Asimismo, es inevitable no pensar en la música disco cuando hablamos de los 80s, o en el grunge o a Kurt Cobain cuando se menciona el inicio de los noventas. 

En general, la música en tendencia dice más de nosotros de lo que quisiéramos. Por eso es que la incorporación de nuevos instrumentos, sobre todo electrónicos, en géneros en los que era impensable imaginar un sintetizador, o una orquesta completa mezclada con baterías, mezcladoras y guitarras distorsionadas, ha abierto un mundo de posibilidades en cuanto a las dimensiones sónicas que atraviesan nuestros oídos y sentidos. 

Hablando de los sonidos o géneros que más destacaron en la década que ha terminado, son el Korean Pop, el trap (que se mezcla con el reggaetón) y las nuevas facetas psicodélicas que exploraron en la música indie. Además, claramente, de la nueva era de música electrónica en la que se integraron al rock, por ejemplo, Thom Yorke y su más reciente álbum ANIMA, en el que la búsqueda de nuevas dimensiones sonoras no cesó en alguna frontera que definirá un género exclusivo. 

Lo mismo con el grupo musical Atoms for Peace que no pegó tanto, por cierto, con el bajista de los Red Hot Chilli Peppers, Flea, en el que la introspección musical se expresó de manera más “vulgar” y sintética, como si la ruta que hubieran tomado fuera para otra generación y no la que ya los perseguía. 

A decir verdad, es que la música es un campo tan extenso, que quizá convenga dejar que los sonidos y las inquietudes de sus compositores divaguen y fluyan en este vasto espacio, en lugar de intentar catalogar una por una. Aunque claro, hay líneas definitivas, jamás podríamos comparar la música trap y reggaetón de Bad Bunny con los acordes y vocales rebeldes de Courtney Love, pero definitivamente tampoco podríamos decir que la música de hoy en día se encasilla en una sola dirección, así que mejor estar dispuestos y con los oídos bien limpios para ver qué sorpresa surja en los próximos años. 

Escrita por:

Paulina Martínez

05 febrero 2020

Compártelo en tus redes: